La urbanización e industrialización del mundo europeo a partir del siglo XVIII implicó también la creación de las condiciones ambientales necesarias para la rápida propagación de enfermedades, pestes y epidemias. Así, va tomando forma en el pensamiento médico la idea de que la higiene pública e individual era la mejor forma de combatir las enfermedades. Surgió así la ciencia de la higiene o higienismo, que pronto irradió sus ideas por todo el mundo.
En Chile, los procesos de urbanización y las condiciones insalubres de los ranchos y de las habitaciones populares, surgidas en los márgenes de las ciudades, emergieron con mayor fuerza a mediados del siglo XIX. Las altas tasas de mortalidad infantil, la pauperización de las condiciones de vida, la exclusión y la marginación eran fuente de muchos problemas de salud públicos.
En 1872, se dictó un decreto que hizo obligatoria la enseñanza de la higiene en los colegios fiscales, pues para muchos médicos la principal causa de las enfermedades fue la ignorancia, especialmente de las clases populares.
En 1887 se dictó la ley de Vacuna Obligatoria y la Ordenanza General de Salubridad, mediante la cual se estableció una Junta General de Salubridad destinada a asesorar al gobierno en estas materias. Una nueva ley creó en 1892 el Consejo Superior de Higiene Pública y el Instituto de Higiene, que poseía sólo funciones consultivas. A finales del siglo XIX se comenzó el alcantarillado de Santiago, en 1906 se aprobó la Ley de Habitaciones Populares, y en 1918 el primer Código Sanitario, lo que da cuenta de los paulatinos avances de las ideas higienistas.
Junto al médico Adolfo Murillo, quien se preocupó de estudiar las causas de la mortalidad urbana, de la aprobación de una ley de vacuna obligatoria y de las formas de prevenir las epidemias de cólera, otros médicos que colaboraron con la salud pública desde la perspectiva de la higiene, como José Joaquín Aguirre, Alejandro del Río, Federico Puga Borne, Octavio Maira, Pedro Lautaro Ferrer y Ricardo Dávila Boza.
El Instituto de Higiene nace a la vida luego del convulsionado período que culminó con el suicidio del Presidente de la República, don José Manuel Balmaceda Fernández, en 1891, y cuando asume como Presidente de la Junta de Gobierno el vicealmirante Jorge Montt.
Inicialmente realiza sus actividades en un galpón de la Quinta Normal y después en Calle de las Rosas N° 3 (hoy Rosas), como organismo integrante de la primera Ley Orgánica de Higiene Pública de Chile (1892). Posteriormente, se instala en la calle Borgoño N° 1470, en la ribera norte del río Mapocho.
Sobre esa base legal, se impulsó la creación de una incipiente red de laboratorios de química y bacteriología, además de oficinas de desinfección. Más tarde, se le incorpora un Pabellón de Seroterapia, cuya Sección de Sueros y Vacunas se convierte en la primera en su género a nivel de América Latina, con sus servicios de vacunación antirrábica y preparación de suero antidiftérico.
También se crea un laboratorio productor de vacunas para animales, dirigido por el veterinario Dr. Jules Besnard.
Chile se yergue, entonces, como pionero en salud pública en el continente americano, sobre todo teniendo en cuenta que el Instituto Pasteur había sido creado pocos años antes en París, Francia (1888) y que el nivel científico, tecnológico y económico de esos años en Europa era notoriamente superior al nuestro.
Su labor se realiza durante las administraciones de los Presidentes de la República, don Federico Errázuriz Echaurren, don Germán Riesco, don Pedro Montt, don Ramón Barros Luco, don Juan Luis Sanfuentes Andonaegui y don Arturo Alessandri Palma, quien ve interrumpido su mandato en forma abrupta en 1924.
Entre noviembre y diciembre de ese año, la Junta Militar de Gobierno encabezada por el general Luis Altamirano Talavera pone término a este primer gran esfuerzo comunitario dirigido a la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud, cerrando el Instituto. Un mes antes, con fecha 14 de octubre de 1924, por otro lado, se había creado el Ministerio de Higiene, Asistencia y Previsión Social, mediante el Decreto – Ley N° 44.
Largos años pasaron y la permanente lucha por recrear una entidad destinada a velar por la salud pública, encabezada por el Dr. Eugenio Suárez Herreros, tuvo sus frutos cuando, una comisión de confianza del gobierno de la época, elaboró un informe que fue decisivo para que se creara el INSTITUTO BACTERIOLÓGICO DE CHILE, mediante la Ley N° 4.457 de fecha 29 de enero de 1929, y el 11 de marzo de 1929 se dicta su Primer Reglamento, siendo publicado en el Boletín de Leyes y Decretos del Gobierno, durante la administración de Carlos Ibáñez del Campo.
Más tarde, por el Decreto N° 4.806 del 4 de noviembre de 1929, se crea la Dirección General de Educación Sanitaria, organismo del cual pasa a depender el Instituto Bacteriológico que, hasta esa fecha, era parte del Ministerio de Bienestar Social.
Se inaugura el edificio institucional el 6 de diciembre de 1929 e inicia sus actividades en la misma calle Borgoño N° 1.470, donde estuvo la sede del Instituto de Higiene, siendo su primer Director el experimentado científico y médico austro-húngaro Rudolf Krauss, especialmente escogido por su trayectoria para la formación de profesionales chilenos en la disciplina de la investigación científica.
Se suceden las administraciones del Presidente don Juan Esteban Montero Rodríguez; de la Junta de Gobierno de la República Socialista, compuesta por el general Arturo Puga Osorio, don Carlos Dávila Espinoza y don Eugenio Matte Hurtado; y, más tarde, del Presidente Provisional de la República Socialista don Carlos Dávila.
En septiembre de 1932, asume como Presidente Provisional de la República el general Bartolomé Blanche Espejo y, meses después, don Arturo Alessandri Palma.
En su gestión, Krauss pone especial énfasis en la necesidad de contar con métodos estandarizados de diagnóstico, de ejercer control de calidad a los productos farmacéuticos, tanto nacionales como importados, y en la urgencia de producir vacunas y sueros, además de introducir rápidamente la vacunación contra la tuberculosis. También, se hace hincapié en el rol que le correspondería al Instituto como Laboratorio Nacional de Referencia y en el combate contra las enfermedades infecciosas que provocaban una alta mortalidad en la época (difteria, escarlatina, tifoidea, carbunclo, etc.).
En abril de 1930, nace la Escuela Nacional de Higiene, dependiente de la Dirección General de Educación Sanitaria, utilizando la infraestructura física y los servicios de los profesionales del Instituto Bacteriológico como docentes. Esta Escuela es la antecesora de la actual Escuela de Salubridad de la Universidad de Chile.
En 1932 fallece el Dr. Krauss y mediante la Ley N° 5.078, de 4 de marzo de ese año, se reorganiza el Instituto y se crea un Consejo de Administración bajo la presidencia de Suárez Herreros, quien asume además la Dirección hasta el año 1961. Con fecha 25 de agosto de 1936, se modifica el Consejo Superior del Instituto Bacteriológico, el cual preside el Ministro de Salubridad Pública y es integrado por el Director General de Sanidad, el Director General de Asistencia Social, el Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, dos miembros elegidos por el Presidente de la República – uno médico y otro farmacéutico -, el Director del Instituto (el Dr. Suárez) y el Gerente General del mismo. Junto con esta adecuación, la Institución pasa a depender del Ministerio de Salubridad Pública. Transcurren las administraciones de los Presidentes de la República don Pedro Aguirre Cerda, de don Juan Antonio Ríos Morales y de don Gabriel González Videla.
Continuando en el logro de su objetivo final, el Dr. Suárez Herreros donó cuatro hectáreas de terreno de su propiedad y obtuvo los fondos fiscales necesarios para construir finalmente en 1947 los edificios que aún son utilizados en calle Marathon 1.000 (antes Avenidas Sur y Nueva Ñuñoa, respectivamente), comuna de Ñuñoa. Por postergaciones importantes, hasta llegar al segundo gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, estas instalaciones sólo se inauguran en septiembre de 1950.
Con posterioridad, gobiernan el país los Presidentes de la República don Jorge Alessandri Rodríguez, don Eduardo Frei Montalva y don Salvador Allende Gossens, períodos en los cuales el rol de la salud pública se ve fortalecido. Durante esta etapa de su existencia, en el Bacteriológico se crearon varias plantas para la obtención de aceite de hígado de pescado, contando el Instituto con una flota de barcos pesqueros, entre ellos el “Arauco”. La finalidad era ayudar a paliar en parte el raquitismo,tan frecuente en los niños de esos años, a través de un aporte vitamínico. El aceite, llamado “de bacalao”, era distribuido gratuitamente en las escuelas.
Un grupo de destacados investigadores de Instituto Bacteriológico, dentro de los que figuraban el químico farmacéutico español Santiago Saitúa Basáñez y el Dr. Emiliano Armijo desarrollaron a partir de 1943, una investigación sobre métodos de fermentación, extracción y purificación de la penicilina, con el objeto de aplicarlas en la producción industrial. Al año siguiente, se diseñó una de las primeras plantas productoras de penicilina en el mundo desarrollada con recursos propios. La planta, se puso en marcha inicialmente como planta piloto (1944 – 1954), para posteriormente dar paso a la industrialización de la producción de penicilina en Chile, mediante el funcionamiento de la llamada planta UNRRA (United Nations Relief and Rehabilitation Administration). Gracias al avance que había hecho el Estado produciendo penicilina desde 1943 y la entrega gratuita de parte de esta producción para suplir las necesidades sanitarias de madres y niños principalmente, esta planta contó con el apoyo de las Naciones Unidas. Funcionó hasta 1973, año en que se cierra definitivamente.
Por otra parte, en este período, la producción del Instituto incluyó arsenicales para tratamiento de la sífilis, sueros contra tétanos, difteria y gangrenas; vacunas antirrábicas, contra la fiebre aftosa y las enfermedades de las aves. Estos últimos rubros fueron suprimidos en 1973. Además, se producían hormonas a partir de órganos de animales (órganoterapia).
A través de la Ley N° 10.383, de fecha 8 de agosto de 1952, se crea el Servicio Nacional de Salud (S.N.S.) y, en su Artículo 63, letra f, se establece que el Bacteriológico será de su dependencia, desapareciendo su Consejo Superior y cuya Administración queda en manos de un Director, un Gerente de Finanzas y de Administración y un Consejo Técnico Asesor de la Dirección. En esta década, destacan los Dres. Eduardo Fuenzalida Loyola y Raúl Palacios von Helms, quienes en 1954, en la Tercera Jornada de la Sociedad Chilena de Salubridad, presentan su nueva vacuna antirrábica preparada en cerebro de ratón lactante inactivada por luz ultravioleta. Dicha vacuna fue un aporte muy significativo a la salud pública mundial y, en la actualidad, se encuentra plenamente vigente.
En los años 60, el Instituto alcanza un importante y reconocido peso científico y técnico, traspasando su prestigio las fronteras nacionales. Entre 1968 y hasta el año 1974, el Bacteriológico contó con una Unidad de Óptica, cuya función era entregar lentes a los afiliados a la Ley N° 10.383 del Seguro Obrero, inserta en el concepto de servicio público que animó a los fundadores del Instituto.
En 1961, el Dr. Suárez Herreros jubila y es sucedido en el cargo de Director por el Dr. Eduardo Dussert Jolland, que había ingresado a la Institución en 1930 y quien se encontraba ocupando, en ese entonces, la Jefatura del Departamento de Laboratorios y Control. Su mandato se extiende entre 1962 y 1969.
Ese último año, se nombra como Director al Dr. Mario Miranda Casanova, quien se desempeña como tal hasta 1972. Con anterioridad, había trabajado para la Oficina Sanitaria Panamericana entre 1965 y 1969.En 1971, Miranda toma la iniciativa de mejorar y actualizar la tecnología en uso y, para ello, planteó incorporar un programa de desarrollo institucional en el marco del PNUD de Naciones Unidas, denominado “Ampliación y Mejoramiento del Instituto Bacteriológico de Chile / Proyecto Chile 7300 / O.P.S. / O.M.S.”
Desde ese año también, se introdujo el sistema recomendado por la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) de hacer seguimiento de los laboratorios, tanto públicos como privados, manteniendo un registro histórico de sus resultados, a través del Programa de Evaluación Externa de Calidad (P.E.E.C.).
En 1979, se le anexa el Instituto de Salud Ocupacional (INSO), el cual pasaría a llamarse Departamento de Salud Ocupacional y Contaminación Ambiental en 1980. Especial relevancia en el campo de la prevención y la rehabilitación tiene el Dr. Hernán Oyanguren Moya, quien por espacio de más de 50 años de labor y hasta 1982, cuando jubila, alcanzó los más altos niveles profesionales y técnicos, como Profesor en la Escuela de Salubridad, Consultor Internacional de la OIT/OMS, Asesor del Ministerio de Salud y como Jefe del Subdepartamento de Medicina Ocupacional del ISP, convirtiéndose en uno de los principales artífices de la Ley N° 16.744, promulgada en febrero de 1968, sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.
El 11 de julio de 1979, mediante el Decreto Ley N° 2.763, publicado en el Diario Oficial el 3 de agosto de ese año, se crea el INSTITUTO DE SALUD PUBLICA DE CHILE (ISP), sucesor legal del Instituto Bacteriológico de Chile, designándose como Director el Coronel de Ejército Joaquín Larraín Gana.
El año siguiente, el 1° de abril, se aprueba y publica la primera planta de empleos del ISP y se procede a encasillar a su personal. Se dicta el Decreto Supremo N° 79, con fecha 4 de junio de 1980, que establece el primer Reglamento Orgánico del Instituto de Salud Pública de Chile “Dr. Eugenio Suárez Herreros”.
En 1982, la Institución obtiene un reconocimiento internacional al ser designada como “Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS)” en las áreas de Inmunología y Bacteriología, al igual que lo fuera años antes en las áreas de Control Nacional y Salud Ocupacional. Más tarde, la OMS nombró a cada uno de los Departamentos especializados del ISP como Centro Colaborador, dado el resultado de su labor y el desarrollo obtenido.
A partir de 1990, con el triunfo electoral del Presidente don Patricio Aylwin Azócar, se restablece la democracia en Chile en un proceso de transición bastante difícil que, más tarde, tendrá una permanente profundización con los gobiernos de los Presidentes Eduardo Frei Ruiz Tagle y Ricardo Lagos Escobar, respectivamente. En 1994, se crea el Centro de Control de Dispositivos Médicos y de Diagnóstico del Instituto, destinado a velar por el cumplimiento de normas internacionales de seguridad y certificación, permitiendo entregar con ello entregar al usuario en general una garantía técnica y de calidad en su utilización.
En marzo de 1996, se ratifica como el Miembro N° 47 al Centro de Información y Farmacovigilancia (CENIMEF) del ISP, como Representante de Chile ante el Centro Colaborador sobre Farmacovigilancia Internacional de la OMS. El 8 de abril de ese mismo año, se formaliza la constitución del Comité Paritario de Higiene y Seguridad institucional, de acuerdo a la Ley N° 16.744, cuyas funciones son prever accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. También en 1996, en el mes de julio, la OMS renovó formalmente y hasta junio del 2000 la calidad de Centro Colaborador de ese organismo internacional en materia de Salud Ocupacional al Departamento del mismo nombre.
Ese mismo año, el Instituto se abre al mundo al crear su Centro Internet, constituyendo un importante avance tecnológico, comunicacional e informático, instalándose a la vanguardia de las comunicaciones dentro del sector público nacional. Con fecha 3 de septiembre de 1996, mediante la Resolución Exenta N° 1.028, se crea la Comisión de Evaluación de Productos Farmacéuticos Nuevos, destinada a estudiar e informar las respectivas solicitudes de registro de fármacos, después de su tramitación en el Departamento Control Nacional.
Seis días más tarde, con fecha 9 de septiembre, bajo la firma del Presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle, se publica en el Diario Oficial de la República el Decreto Supremo N° 1.876 que aprueba el nuevo Reglamento del Sistema Nacional de Control de Productos Farmacéuticos, Alimentos de Uso Médico y Cosméticos, modificando el anterior D.S. N° 435, que rigió durante 15 años, y otorgando mayores atribuciones contraloras al Instituto. El 26 de agosto de 1997, se dicta el Decreto Supremo N° 1.222 con el nuevo Reglamento Orgánico del ISP. En diciembre de 1998, el Consejo de Recursos Humanos del Instituto -conformado por representantes institucionales y por representantes elegidos por los diversos estamentos profesionales, administrativos, técnicos y auxiliares – aprueba 25 Políticas de Recursos Humanos, que establecen los deberes y las obligaciones, como asimismo los derechos que les asisten a todos los funcionarios.
En el mes de marzo del 2000, al igual que en otras ocasiones anteriores de la historia científica de la Institución, se obtiene un importante logro en materia de salud pública: se aisla una cepa de Hantavirus a partir de una muestra de sangre de un paciente chileno que falleció por el Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus (SCPH). Los autores son un equipo de trabajo de profesionales de la Sección Virología del Instituto de Salud Pública de Chile, ISP. Este relevante hecho pone a la institución, una vez más, a la cabeza de América Latina en materia de investigación.
Con fecha 12 de abril del 2000, se publica en el Diario Oficial el Decreto Supremo N° 245 que sustenta el nuevo Reglamento Especial de Calificaciones del ISP, aprobado con la amplia participación del personal institucional.La Contraloría General de la República toma razón (12 de junio del 2003) del Decreto Supremo Nº 239, de fecha 20 de septiembre de 2002, que establece el nuevo Reglamento del Sistema Nacional de Control de Productos Cosméticos.
En abril de 2009 aparece el nuevo virus de Influenza Humana A-H1N1 en el mundo y, en mayo el Instituto de Salud Pública confirma el primer caso en Chile. Bajo la Dirección de la Dra. Ingrid Heitmann, el Instituto asume un rol trascendental frente a esta emergencia sanitaria, diagnosticando de manera rápida y certera los probables casos de A-H1N1 mediante exámenes específicos. De esta manera se convierte en el Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud para la vigilancia de la circulación del virus. Debido a la emergencia, la Presidenta Michelle Bachelet al ISP visitó el ISP el 30 de abril del 2009, ocasión en que recorrió el Laboratorio de Bioseguridad Nivel 3 de Virología, responsable del aislamiento y diagnóstico del agente causal de la nueva gripe. Además, visitó el Laboratorio de Genética Molecular que desarrolla el secuenciamiento del virus y su resistencia a antivirales.
Durante los próximos años, el ISP se ha centrado en la acreditación de calidad de todos sus laboratorios, obteniendo así la certificación por parte de la Organización Panamericana de la Salud, como Agencia Reguladora de Medicamentos en julio de 2016.