Entre los años 1925 y 1931 Don Joaquín García Carro, un prestigioso comerciante de origen español, dueño junto a su hermano Severino de la emblemática tienda Los Gobelinos, encargó a los conocidos arquitectos de la época Rigoberto Correa y Esteban Barbieri, la construcción de una mansión historicista que hasta el día de hoy es admirada por su encantadora prestancia.
Entre los años 1925 y 1931 se extendieron los trabajos en un extenso paño en la esquina de calle Ortúzar. A principios del siglo XX , el arquitecto Juan Talabera Heredia, impuso en España el “estilo sevillano”, lineamientos que siguieron Correa y Barbieri para la construcción de la mansión.
Este monumento histórico fue vendido por el señor García a la Municipalidad de Ñuñoa en el año 1966, fecha en que la autoridad comunal , don, Jorge Monckeberg Barros, lo destinó para actos solemnes del Municipio.
Desde el año 1988 funciona la Corporación Cultura de Ñuñoa, importante entidad que imparte variados talleres de arte, y en cuyas dependencias se organizan las actividades culturales más importantes de la comuna.