Juvencio Valle
Gilberto Concha Riffo nació el 6 de noviembre de 1900, en Villa Almagro, un poblado a orillas del río Cautín, a una legua de Nueva Imperial. Allí estudió las primeras letras y a los once años ingresó al Liceo de Hombres de Temuco donde conoció a Pablo Neruda, quien lo bautizaría más tarde como Juvencio Silencio. Sus primeras lecturas fueron autores clásicos españoles del Renacimiento y del Siglo de Oro, entre ellos Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz, Góngora, Quevedo y otros que marcarían su poesía.
A los 18 años viajó por primera vez a Santiago, dos años después regresó al sur y comenzó a escribir sus primeros poemas. En su primer libro, “La flauta del hombre pan” (1929), el poeta entregó una poesía descriptiva, con claros afanes de retratar la pureza del mundo paradisíaco y mitológico de los bosques del sur de Chile, lo que sería una constante en sus obras posteriores.
Tres años más tarde viajó a Santiago y publicó su segundo libro “El tratado del bosque“. La obra provocó diversas reacciones: un comentario de Alone y una crítica de Alfonso Reyes que dieron pie a una carta de Neruda a El Mercurio en su defensa, lo que demostró no sólo una solidaridad como poeta, sino también la amistad que los unió.
A partir de 1933, se radicó en Santiago, lo que marcó una nueva etapa en su vida y su obra; aquí comenzó una gran actividad bohemia con otros artistas de su generación. Cinco años más tarde viajó a España, como corresponsal de guerra, y envió sus impresiones a la revista Ercilla; luego, fue encarcelado por estar de lado de los republicanos.
De regreso a Chile, publicó su tercer libro “Nimbo de piedra“, (1941), con el que ganó el concurso organizado por la Municipalidad en homenaje al Cuarto Centenario de la fundación de Santiago, y posteriormente “El hijo del guardabosque” (1951). Luego de viajes y publicaciones en el extranjero, principalmente en Rumania, apareció en 1960 “Del monte en la ladera“, quizás el más importante de sus libros.
En 1966 se le otorgó el Premio Nacional de Literatura y realizó nuevos viajes, entre ellos a la URSS, invitado por la Unión de Escritores Soviéticos; también visitó los países socialistas de Europa y Cuba.
Juvencio Valle murió el 12 de febrero de 1999, en su casa de Ñuñoa.