A lo largo del siglo XX, Ñuñoa fue pionera en la implementación de políticas habitacionales que buscaron dignificar la vida urbana. En este territorio, se levantaron modelos de ciudad jardín, bloques modernistas, villas integradas a parques y barrios donde florecieron nuevas formas de habitar. Estos conjuntos no solo respondieron a necesidades habitacionales, sino que propusieron una visión de ciudad: más humana, más verde y más equitativa.

Varios de estos conjuntos han sido reconocidos como Zonas Típicas por el Consejo de Monumentos Nacionales, distinción que resguarda su valor arquitectónico, histórico y social. Estas declaraciones buscan preservar la identidad de barrios emblemáticos y proteger la memoria urbana que se expresa en sus calles, plazas y viviendas.

Hoy, estos barrios son testimonios vivos de distintas etapas del desarrollo urbano chileno, y recorrerlos es descubrir otra Ñuñoa

Villa Frei
Ubicada en la intersección de Av. Irarrázaval con Ramón Cruz, esta emblemática villa fue inaugurada en 1968 e inspirada en el modelo de torres insertas en parques. Diseñada por los arquitectos Osvaldo y Jaime Larraín junto a Diego Balmaceda, es uno de los mejores ejemplos del urbanismo moderno en Chile.

Con más de 1900 viviendas y amplias áreas verdes, su diseño privilegia el desplazamiento peatonal, la integración barrial y el vínculo entre vivienda y naturaleza. Fue declarada Zona Típica en 2015.

Población de Empleados Públicos y Periodistas Chile-España
Concebida en 1928 por el arquitecto Manuel Browne, esta población refleja el modelo de ciudad jardín con casas aisladas o pareadas rodeadas de vegetación. Sus detalles neoclásicos, arcos de medio punto y cubiertas de teja otorgan un carácter armónico y sereno al conjunto. Fue declarada Zona Típica en 2008 por su valor arquitectónico y social.

Barrio Suárez Mujica
Uno de los primeros loteos residenciales del sur de Ñuñoa, nacido a partir de antiguas chacras. Su trazado irregular, vegetación frondosa y diversidad de estilos arquitectónicos —incluyendo influencias del Bauhaus— dan vida a un barrio singular, habitado desde mediados del siglo XX por profesionales de clase media. Hoy es un referente de urbanismo a escala humana.

Conjunto Empart
Diseñado por Enrique Pérez Casteblanco y construido en 1945, este conjunto de bloques color ladrillo fue una apuesta moderna para los empleados particulares afiliados a la Caja EMPART. Ubicado en Av. Grecia con Salvador, destaca por su disposición octogonal, sus espacios comunitarios y su arquitectura sobria y funcional.

Villa Olímpica
Construida entre 1961 y 1967 para acompañar la Copa Mundial de Fútbol de 1962, es una expresión del modernismo arquitectónico aplicado a la vivienda social. Su diseño refleja una visión de país en transformación, con edificios bien distribuidos, áreas verdes y sentido comunitario. Un lugar donde confluyen deporte, arquitectura y memoria histórica.

Población Suboficiales
Obra del destacado arquitecto Luciano Kulczewski, esta población fue edificada entre 1926 y 1928 como parte de la Ley de Habitaciones para Obreros. Con un marcado estilo neocolonial y un diseño de fachada continua con ornamentos únicos en cada unidad, se convirtió en símbolo de vida de barrio. Sus calles rinden homenaje a los oficiales fallecidos en la Tragedia de Alpatacal.

Barrio Elías de la Cruz
Pequeño y encantador, este barrio construido en 1928 rompe con la cuadrícula tradicional. Su trazado diagonal, pasajes internos, plaza central y arquitectura armónica lo convierten en un verdadero oasis en medio de la ciudad. Fue declarado Zona de Conservación Histórica en 1989, una distinción que protege su carácter único.

Muchos de estos barrios pueden recorrerse a pie o en bicicleta, y algunos cuentan con señalética patrimonial que ayuda a contextualizar su valor. ¿Sabías que en Ñuñoa existen más de cinco Zonas Típicas reconocidas por el Consejo de Monumentos Nacionales? Son espacios que protegen la historia viva de la comuna y resguardan modos de habitar profundamente arraigados.

Te invitamos a redescubrir Ñuñoa desde sus barrios. Porque el patrimonio no solo está en los edificios imponentes: también se vive en las calles donde transcurre la vida cotidiana.