Un cruce de avenidas que es, a la vez, frontera entre la ciudad de Buenos Aires y el conurbano. Todos los días, miles de personas lo atraviesan camino a sus lugares de trabajo. Colectivos, semáforos, asfalto, hormigón, un cartel oxidado. Alguien que va a estudiar, otro que vende tortillas asadas. Un supermercado, una estación de servicio abandonada, una panadería. Un kiosko. Alumbrado público y propaganda electoral embarrada. Publicidad de celulares y hamburguesas. Basura y la señora que vende flores. La imagen de la normalidad. La imagen de la normalidad como ilusión: “todo documento de civilización es, a la vez, documento de barbarie”, dijo Walter Benjamin al proponernos mirar la historia de la catástrofe capitalista a contrapelo. La realidad es una fosa común estratificada; esta película, un proceso de excavación. O la disección del paisaje donde, hace diez años, se perdió el rastro definitivo de un adolescente en manos de la policía.
Al finalizar la función se desarrollará un cine foro junto al equipo realizador.