A raíz del pronunciamiento de la Contraloría General de la República, que solicitó al municipio rectificar un artículo transitorio de la Ordenanza Nº9, de “Prevención y control de ruidos molestos en la comuna” (aprobado en septiembre de 2020 y relativo al límite de horario de las faenas de inmobiliarias), la administración liderada por la alcaldesa Emilia Ríos presentó una actualización a la ordenanza que fue creada en 1984, cuando las necesidades de las vecinas y vecinos eran muy distintas a las actuales. La propuesta de la nueva gestión municipal, que fue revisada en la Comisión de Obras y Urbanismo del Concejo Municipal, fue aprobada hoy por la unanimidad de los ediles.
A raíz de lo anterior, esta normativa cambió de nombre y pasó a llamarse “Ordenanza Nº9 sobre prevención y control de emisión de ruidos en la comuna”, erradicando la palabra “molestos” por su poca especificidad y porque el nuevo texto sanciona toda emisión sonora que sobrepase los 40 decibeles durante el periodo nocturno, cuando la mayoría de las personas se encuentra descansando. Además establece cuatro fuentes de ruido a fiscalizar, tales como el emanado desde infraestructuras de transporte; desde viviendas; del uso del espacio público y del sistema de alarma y de emergencias.